En los pueblos vallistos, encontramos una de las más importantes tradiciones de tejidos en telar criollo. Allí elaboran frazadas, alfombras, tapices, ponchos, telas como el picote y el barracán, fajas y bolsos. Mientras que las comunidades aborígenes del noreste de la provincia trabajan una fibra vegetal llamada “chaguar”, para hacer originales telas, bolsos y cinturones.
También se cuenta entre las artesanías salteñas la producción de cestos, en poleo y simbol, típica del sur del Valle Calchaquí. La cerámica con dibujos y diseños propios de la alfarería prehispánica se encuentra en pueblos como Cachi, Cafayate y San Carlos.
Los talladores de madera se concentran en la zona norte, aprovechando la abundancia de material en selvas y bosques. Los Wichís utilizan nobles maderas de brillantes colores, como palo santo, guayacán, quebracho y mistol.
Las artesanías criollas relacionadas a la tradición gaucha y a la vida de campo, están hechas de cuero, asta y plata. En tanto que la cultura chané produce máscaras en madera de yuchán o palo borracho, en la zona chaqueña.
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